«El color del relato cultural sobre la menopausia ha sido sistemáticamente tirando a negro. De acuerdo con él, en ella se concentran un cúmulo de problemas y amenazas para las mujeres que van del infarto a la depresión, de la frigidez a la osteoporosis, de la depresión al envejecer, entre otros males posibles, que llevan a que cualquier persona que los interiorice, la tema y no sin razón.
Hay un mutismo sospechoso acerca de sus posibles bondades, quizás temiendo que pueda producirse un entusiasmo colectivo y contagioso por parte de las mujeres afortunadamente sin regla. Una rebelión de muchas mujeres, sabias y libres. [...]
Así un buen día decidí averiguar por mi cuenta [...] con el fin de obtener una versión libre de la menopausia partiendo de la voz de las propias mujeres, tratando de conocer los aspectos positivos y negativos, la relación de éstas con el deseo y la sexualidad [...]
A partir de las palabras de estas mujeres [...] he extraído ideas que me parece necesario compartir en la medida en que pueden ayudarnos a todas a mirarnos, a nombrarnos. Una versión no oficial.»